jueves, 2 de abril de 2015

JUEVES SANTO : LA ULTIMA CENA






Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, también conocido como la Última Cena. 


El Jueves Santo se celebra: 
  • La Última Cena. 
  • El Lavatorio de los pies, 
  • La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio 
  • La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní...






El lavatorio de los pies







Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. (Juan 2-20).



Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? 

Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. 
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. 
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.

Les aseguro

que el servidor no es más grande que su señor.

ni el enviado más grande que el que lo envía.
Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.


La Última Cena

La comida pascual


Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: “Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;
porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.” 

 Tomó luego una copa, dio gracias y dijo: “Tomad esto y repartidlo entre vosotros;porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.” (Lucas 22:15-18).


La institución de la Eucaristía


Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío.”
De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros".(Lucas 22:19-20).



El anuncio de la traición de Judas




“Mirad, la mano del que me entrega está aquí conmigo sobre la mesa.
 Porque el Hijo del hombre se marcha según está determinado. Pero, ¡ay de aquel por quien es entregado!”.

Entonces se pusieron a discutir entre sí quién de ellos sería el que iba a hacer aquello.(Lucas 22:21-23).



La recompensa prometida a los discípulos

Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor.


Él les dijo: “Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar bienhechores;


 pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve.

 Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve."

 “Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas;

 yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí,

 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel." (Mateo 19, 27-30 / Marcos 10, 28-31 / Lucas 18, 28-30)




El anuncio de las negaciones de Pedro



“¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder zarandearos como trigo;
pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.”



 Él dijo: “Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte.”
 Pero él contestó: “Te digo, Pedro, que antes de que hoy cante el gallo habrás negado tres veces que me conoces.” 
(Lucas 22:31-34).


El combate decisivo 




Y les dijo: “Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin sandalias, ¿os faltó algo?” Ellos dijeron: “Nada.”

Les dijo: “Pues ahora, el que tenga bolsa que la tome, y lo mismo alforja, y el que no tenga, que venda su manto y se compre una espada."


Porque os digo que es necesario que se cumpla en mí esto que está escrito: 


"Ha sido contado entre los malhechores. Porque lo que se refiere a mí toca a su fin.”


 Ellos dijeron: “Señor, aquí hay dos espadas.” Él les dijo: “Basta.” (Lucas 22,35-38).



La noche en el huerto de los Olivos

(Mateo 26, 36-46 / Lucas 22, 39-46 / Juan 18, 1)

Salió y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos; los discípulos le siguieron.





 Llegado al lugar les dijo: “Pedid que no caigáis en tentación.”


 Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba diciendo:



  “Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”

 Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.





Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.



 Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza; y les dijo: “¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación.”






La noche del Jueves Santo se torna oscura con la Oración del Huerto. La contemplación del dolor de Nuestro Señor comienza a estremecernos y nos prepara para comprender la profundidad de la Pasión del Señor.



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