Los padres cometen errores, pero no son la única influencia en la crianza de un niño. Otras personas, compañeros, maestros, deseos egoístas, e incluso el diablo nos pueden influir negativamente a medida que crecemos y vivimos.
Un padre no debe tomar rápidamente todas las culpas, ni otros debe ser demasiado rápida para asignarlo. Dios era, y es, el Padre perfecto. Sus hijos no son perfectos. ¿Cómo podríamos pensar que podíamos hacerlo mejor que Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario