lunes, 16 de junio de 2014

Sabiduría Canina


¿Sabe actuar con sabiduría canina?

¿Ya se imaginó actuando con sabiduría canina?

Inténtelo!!

1. Nunca deje pasar la oportunidad de salir de paseo.

2. Experimente la sensación del aire fresco y del viento en su rostro por puro placer.

3. Cuando alguien que ama se aproxima, corra para saludarlo.

4. Cuando hubiera necesidad, practique la obediencia.

5. Haga saber a los otros cuando estén invadiendo su territorio.

6. Siempre que pueda, duerma una siesta y
desperécese al levantarse.

7. Corra, salte y juegue a diario.

8. Coma con gusto y entusiasmo, pero pare cuando esté satisfecho.

9. Sea leal, siempre.

10. Nunca pretenda ser algo que no es.

11. Si lo que desea está enterrado, cave hasta encontrarlo.

12. Cuando alguien estuviera pasando un mal día, quédese en silencio, siéntese próximo a él y gentilmente, intente agradarlo.

13. Cuando llame la atención, deje que alguien lo toque.

14. Evite morder cuando apenas un gruñido podría resolverlo.

15. En días templados, recuéstese de espaldas sobre el pasto.

16. En días calurosos, beba mucha agua y descanse bajo un árbol frondoso.

17. Cuando esté feliz, baile y sacuda todo su cuerpo.

18. No importa cuantas veces lo censuren, no asuma culpas que no tenga y no se ponga mal...corra inmediatamente de vuelta hacia sus amigos.

19. Alégrese con el simple placer de una caminata.

20. Sea feliz con su vida de perro!!

sábado, 14 de junio de 2014

Ave Maria

Consagración a la Virgen María


Las Manos de mi Madre


jueves, 12 de junio de 2014

miércoles, 11 de junio de 2014

Carta a Dios

Tú, que eres un ser humano, eres mi milagro, eres fuerte, capaz, inteligente y lleno(a) de dones y talentos. Cuenta tus dones y talentos. Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate. Anímate. Y piensa que desde este momento puedes cambiar tu vida para bien si te lo propones y te llenas de entusiasmo. Sobre todo, si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con sólo desearlo.


Eres mi creación más grande. Eres mi milagro. No temas comenzar una nueva vida. No te lamentes nunca. No te quejes. No te atormentes. No te deprimas. ¿Cómo puedes temer si eres mi milagro?

Estás dotado(a) de poderes desconocidos para todas las criaturas del universo. Eres único (a) e irrepetible. Nadie es igual a ti. Solo en ti esta aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo y seguir siempre adelante, hasta el fin, simplemente porque eres libre. En ti esta el poder de no atarte a las cosas.


Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyeras con banalidades.


Te di el poder de PENSAR. 

Te di el poder de IMAGINAR.
Te di el poder de AMAR.
Te di el poder de CREAR.
Te di el poder de DETERMINAR.
Te di el poder de PLANEAR.
Te di el poder de REIR.
Te di el poder de HABLAR.
Te di el poder de REZAR...

Y te situé por encima de los ángeles, cuando te di el poder de la elección te di el poder de elegir tu propio destino usando tu voluntad.


¿Qué has hecho de esas tremendas fuerzas que te di? No importa. De hoy en más, olvida tu pasado usando sabiamente ese poder de elección.


Elige amar en lugar de odiar.


Elige reír en lugar de llorar.


Elige crear en lugar de destruir.


Elige alabar en lugar de criticar.


Elige perseverar en lugar de renunciar.


Elige actuar en lugar de aplazar.


Elige crecer en lugar de consumirte.


Elige vivir en lugar de morir.


Elige bendecir en lugar de blasfemar.


Y aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida.


Crece cada día un poco más en el optimismo y en la esperanza.


Deja atrás los miedos y los sentimientos de derrota. Yo estoy a tu lado siempre.





LAS APARICIONES


Hijos de Dios

Los padres cometen errores, pero no son la única influencia en la crianza de un niño. Otras personas, compañeros, maestros, deseos egoístas, e incluso el diablo nos pueden influir negativamente a medida que crecemos y vivimos.

Un padre no debe tomar rápidamente todas las culpas, ni otros debe ser demasiado rápida para asignarlo. Dios era, y es, el Padre perfecto. Sus hijos no son perfectos. ¿Cómo podríamos pensar que podíamos hacerlo mejor que Dios?



martes, 10 de junio de 2014

¿DIOS creó el mal?


¡Dios existe!

Un barbero le decía a su cliente mientras le recortaba el pelo:

- Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice.

- Pero, ¿por qué dice usted eso? -pregunta el cliente.

- Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, ¿acaso si Dios existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.

El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión.  El barbero terminó su trabajo y, recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero.

- ¿Sabe una cosa? ¡Los barberos no existen!.
- ¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero.

- ¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran barberos no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.

- Ah, los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mi.

- ¡Exacto! -dijo el cliente- Lo mismo ocurre con Dios. Las personas no van a Dios y por eso hay tanto dolor y miseria.


LA CURACIÓN DE JUAN BERNARDINO

Aparición de la Virgen a Juan Bernardino 

El mismo día, doce de diciembre, muy temprano, la Santísima Virgen se presentó en la choza de Juan Bernardino para curarle de su mortal enfermedad. Su corazón se llenó de gozo cuando ella le dio el feliz mensaje de que su retrato milagrosamente aparecido en la tilma de Juan Diego, iba a ser el instrumento que aplastara la religión idólatra de sus hermanos por medio de la enseñanza que el divino códice-pintura encerraba.

Te-coa-tla-xope en la lengua Azteca quiere decir "aplastará la serpiente de piedra". Los españoles oyeron la palabra de los labios de Juan Bernardino. Sonó como "de Guadalupe. Sorprendidos se preguntaron el por qué de este nombre español, pero los hijos predilectos de América, conocían bien el sentido de la frase en su lengua nativa. Así fue como la imagen y el santuario adquirieron el nombre de Guadalupe, título que ha llevado por cuatro siglos.

Se lee en la Sagrada Escritura que en tiempo de Moisés y muchos años después un gran cometa recorría el espacio. Tenía la apariencia de una serpiente de fuego. Los indios de México le dieron el nombre de Quetzalcoatl, serpiente con plumas. Le tenían mucho temor e hicieron ídolos de piedra, en forma de serpiente emplumada, a los cuales adoraban, ofreciéndoles sacrificios humanos. Después de ver la sagrada imagen y leer lo que les dijo, los indios abandonaron sus falsos dioses y abrazaron la Fe Católica. Ocho millones de indígenas se convirtieron en sólo siete años después de la aparición de la imagen.



lunes, 9 de junio de 2014

LA TILMA DE JUAN DIEGO

Detalle de la tilma con la imagen]La tilma en la cual la imagen de la Santísima Virgen apareció, está hecha de fibra de maguey. La duración ordinaria de esta tela es de veinte años a lo máximo. Tiene 195 centímetros de largo por 105 de ancho con una sutura en medio que va de arriba a abajo.

Impresa directamente sobre esta tela, se encuentra la hermosa figura de Nuestra Señora. El cuerpo de ella mide 140 centímetros de alto.

Esta imagen de la Santísima Virgen es el único retrato auténtico que tenemos de ella. Su conservación en estado fresco y hermoso por más de cuatro siglos, debe considerarse milagrosa. Se venera en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, donde ocupa el sitio de honor en el altar mayor.

La Sagrada Imagen duró en su primera ermita desde el 26 de diciembre, 1535 hasta el ano de 1622.

La segunda iglesia ocupó el mismo lugar donde se encuentra hoy la Basílica. Esta duró hasta 1695. Unos pocos años antes fue construida la llamada Iglesia de los Indios junto a la primera ermita, la cual sirvió entonces de sacristía para el nuevo templo. En 1695, cuando fue demolido el segundo templo, la milagrosa imagen fue llevada a la Iglesia de los Indios donde se quedó hasta 1709 fecha en que se dedicó el nuevo hermoso templo que todavía despierta la admiración de Mexicanos y extranjeros.




sagrado corazon de jesus


domingo, 8 de junio de 2014

sábado, 7 de junio de 2014

SAN JUAN DIEGO

San Juan Diego nació en 1474 en el "calpulli" de Tlayacac en Cuauhtitlán, México, establecido en 1168 por la tribu nahua y conquistado por el jefe Azteca Axayacatl en 1467. Cuando nació recibió el nombre de Cuauhtlatoatzin, que quiere decir "el que habla como águila" o "águila que habla".Juan Diego perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca, sin llegar a ser esclavo. Se dedicó a trabajar la tierra y fabricar matas las que luego vendía. Poseía un terreno en el que construyó una pequeña vivienda. Contrajo matrimonio con una nativa pero no tuvo hijos.

Entre 1524 y 1525 se convierte al cristianismo y fue bautizado junto a su esposa, él recibió el nombre de Juan Diego y ella el de María Lucía. Fueron bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios "Motolinia" o " el pobre".

Antes de su conversión Juan Diego ya era un hombre piadoso y religioso. Era muy reservado y de carácter místico, le gustaba el silencio y solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa. Su esposa María Lucía falleció en 1529. En ese momento Juan Diego se fue a vivir con su tío Juan Bernardino en Tolpetlac, a sólo 14 kilómetros de la iglesia de Tlatilolco, Tenochtitlán. Durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, que solían durar tres horas a través de montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Virgen María le habló en su idioma, el náhuatl.

Juan Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina apenas sobrepasaba los 40 años.Luego del milagro de Guadalupe Juan Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, tras dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino. Pasó el resto de su vida dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo.

Murió el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años. Juan Diego fue beatificado en abril de 1990 por el Papa Juan Pablo II y proclamado santo el 31 de Julio de 2002 . (Biografía extraída de la agencia católica de noticias ACIPRENSA).


NOVENA de NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE


ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

Puesto de rodillas delante de María Santísima, hecha la Señal de la Cruz, se dice el acto de contrición.

Acto de contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonéis y me des gracia para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora la Virgen de Guadalupe. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea. Rezar cuatro Salves en memoria de las cuatro apariciones y luego se reza la oración correspondiente a cada día.



DÍA PRIMERO

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Señora de Guadalupe! Esa corona con que ciñes tus sagradas sienes publica que eres Reina del Universo. Lo eres, Señora, pues como Hija, como Madre y como Esposa del altísimo tienes absoluto poder y justísimo derecho sobre todas las criaturas.

Siendo esto así, yo también soy tuyo; también pertenezco a Ti por mil títulos; pero no me contento con ser tuyo por tan alta jurisdicción que tienes sobre todos; quiero ser tuyo por otro título más, esto es, por elección de mi voluntad.
Ved que, aquí postrado delante del trono de tu Majestad, te elijo por mi Reina y mi Señora, y con este motivo quiero doblar el señorío y dominio que tienes sobre mí; quiero depender de Ti y quiero que los designios que tiene de mí la Providencia divina, pasen por tus manos.

Dispón de mí como te agrade; los sucesos y lances de mi vida quiero que todos corran por tu cuenta. Confío de tu benignidad, que todos se enderezarán al bien de mi alma y honra y gloria de aquel Señor que tanto se complace en todo el mundo. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA SEGUNDO

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Que bien se conoce que eres Abogada nuestra en el tribunal de Dios, pues esas hermosísimas manos que jamás dejan de beneficiarnos las juntas ante el pecho en ademán de quien suplica y ruega, dándonos con esto a ver que desde el trono de gloria como Reina de Ángeles y hombres haces también oficio de abogada, rogando y procurando a favor nuestro.

¿Con qué afectos de reconocimiento y gratitud podré pagar tanta fineza?, siendo que no hay en todo mi corazón suficiente caudal para pagarlo.

A Ti recurro para que me enriquezcas con los dones preciosos de una caridad ardiente y fervorosa, de una humildad profunda y de una obediencia pronta al Señor.

Esfuerza tus súplicas, multiplica tus ruegos, y no ceses de pedir al Todopoderoso me haga suyo y me conceda ir a darte las gracias por el feliz éxito de tu intermediación en la gloria. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA TERCERO 

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¡Qué puedo creer al verte cercada de los rayos del sol, sino que estás íntimamente unida al Sol de la Divinidad, que no hay en tu casa ninguna cosa que no sea luz, que no sea gracia y que no sea santidad!

¡Qué puedo creer sino que estás anegada en el piélago de las divinas perfecciones y atributos, y que Dios te tiene siempre en su corazón! Sea para bien, Señora, tan alta felicidad.

Yo, entre tanto, arrebatado del gozo que ello me causa, me presento delante del trono de tu soberanía, suplicándote te dignes enviar uno de tus ardientes rayos hacia mi corazón: ilumina con su luz mi entendimiento; enciende con su luz mi voluntad; haz que acabe yo de persuadirme de que vivo engañado todo el tiempo que no empleo en amarte a Ti y en amar a mi Dios: haz que acabe de persuadirme de que me engaño miserablemente cuando amo alguna cosa que no sea mi Dios y cuando no te amo a Tí por Dios. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA CUARTO

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima María de Guadalupe! Si un ángel del cielo tiene por honra tan grande suya estar a tus pies y que en prueba de su gozo abre los brazos y extiende las alas para formar con ellas repisa a tu Majestad, ¿qué deberé yo hacer para manifestar mi veneración a tu persona, no ya la cabeza, ni los brazos, sino mi corazón y mi alma para que santificándola con tus divinas plantas se haga trono digno de tu soberanía?

Dígnate, Señora, de admitir este obsequio; no lo desprecies por indigno a tu soberanía, pues el mérito que le falta por mi miseria y pobreza lo recompenso con la buena voluntad y deseo.

Entra a registrar mi corazón y verás que no lo mueven otras alas sino las del deseo de ser tuyo y el temor de ofender a tu Hijo divinísimo. Forma trono de mi corazón, y ya no se envilecerá dándole entrada a la culpa y haciéndose esclavo del demonio. Haz que no vivan en el sino Jesús y María. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA QUINTO 

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¿Qué otro vestido le correspondía a quien es un cielo por su hermosura, sino uno todo lleno de estrellas? ¿Con qué podía adornarse una belleza toda celestial, sino con los brillos de unas virtudes tan lucidas y tan resplandecientes como las tuyas?

Bendita mil veces la mano de aquel Dios que supo unir en tu hermosura tan peregrina con pureza tan realzada, y gala tan brillante y rica con humildad tan apacible. Yo quedo, Señora, absorto de hermosura tan amable, y quisiera que mis ojos se fijaran siempre en Ti para que mi corazón no se dejara arrastrar en otro afecto que no sea el amor tuyo.

No podré lograr este deseo si esos resplandecientes astros con que estás adornada no infunden una ardiente y fervorosa caridad, para que ame de todo corazón y con todas mis fuerzas a mi Dios, y después de mi Dios a Tí, como objeto digno de que lo amemos todos. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA SEXTO 

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¡Que bien dice a tu soberanía ese tapete que la luna forma a tus sagradas plantas! Hollaste con invicta planta las vanidades del mundo, y quedando superior a todo lo creado jamás padeciste el menguante de la más ligera imperfección: antes de tu primer instante estuviste llena de gracia.

Miserable de mí, Señora, que no sabiéndome mantener en los propósitos que hago, no tengo estabilidad en la virtud y solo soy constante en mis viciosas costumbres.

Duélete de mí, Madre amorosa y tierna; ya que soy como la luna en mi inconstancia, sea como la luna que está a tus pies, esto es, firme siempre en tu devoción y amor, para no padecer los menguantes de la culpa. Haz que esté yo siempre a tus plantas por el amor y la devoción, y ya no temeré los menguantes del pecado sino que procuraré darme de lleno a mis obligaciones, detestando de corazón todo lo que es ofensa de mi Dios. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA SÉPTIMO 

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! Nada, nada veo en este hermosísimo retrato que no me lleve a conocer las altas perfecciones de que dotó el Señor a tu alma inocentísima.

Ese lienzo grosero y despreciable; ese pobre pero feliz ayate en que se ve estampada tu singular belleza, dan claro a conocer la profundísima humildad que le sirvió de cabeza y fundamento a tu asombrosa santidad.

No te desdeñaste de tomar la pobre tilma de Juan Diego, para que en ella estampase tu rostro, que es encanto de los ángeles, maravilla de los hombres y admiración de todo el universo. Pues, ¿cómo no he de esperar yo de tu benignidad , que la miseria y pobreza de mi alma no sean embarazo para que estampes en ella tu imagen graciosísima?

Yo te ofrezco las telas de mi corazón. Tómalo, Señora, en tus manos y no lo dejéis jamás, pues mi deseo es que no se emplee en otra cosa que en amarte y amar a Dios. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA OCTAVO

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Qué misteriosa y que acertada estuvo la mano del Artífice Supremo, bordando tu vestido con esa orla de oro finísimo que le sirve de guarnición.

Aludió sin duda a aquél finísimo oro de la caridad y amor de Dios con que fueron enriquecidas tus acciones. ¿Y quién duda, Señora, que esa tu encendida caridad y amor de Dios estuvo siempre acompañada del amor al prójimo y que no, por verte triunfante en la patria celestial, te has olvidado de nosotros?
Abre el seno de tus piedades a quien es tan miserable; dale la mano a quien caído te invoca para levantarse; tráete la gloria de haber encontrado en mí una miseria proporcionada, más que todas, a tu compasión y misericordia. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

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DÍA NOVENO

Comenzar con la oración de todos los días.

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¿Que cosa habrá imposible para Ti, cuando multiplicando los prodigios, ni la tosquedad ni la grosería del ayate le sirven de embarazo para formar tan primoroso tu retrato, ni la voracidad del tiempo en mas de cuatro siglos ha sido capaz de destrozarle ni borrarle?

¡Que motivo tan fuerte es este para alentar mi confianza y suplicarte que abriendo el seno de tus piedades, acordándote del amplio poder que te dió la Divina Omnipotencia del Señor, para favorecer a los mortales, te dignes estampar en mi alma la imagen del Altísimo que han borrado mis culpas!

No embarco a tu piedad la grosería de mis perversas costumbres, dígnate solo mirarme, y ya con esto alentaré mis esperanzas; porque yo no puedo creer que si me miras no se conmuevan tus entrañas sobre el miserable de mí. Mi única esperanza, después de Jesús, eres tú, Sagrada Virgen María. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. 

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